'Elio': Pixar vuelve con una entretenida aventura de ciencia ficción, pero esperaba algo más de su nueva película original

'Elio': Pixar vuelve con una entretenida aventura de ciencia ficción, pero esperaba algo más de su nueva película original

Si os lo estabais preguntando, tabla media-baja de Pixar (aunque tiene todo el potencial del mundo para romper la taquilla)

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Elio
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Randy Meeks

Editor

Algo se rompió en Pixar en 2011, cuando lanzaron 'Cars 2', sumergidos por primera vez en una película obligada por Disney y de la que no supieron muy bien cómo salir bien parados. A partir de ahí, el estudio dejó de ser infalible tras once películas fabulosas, y empezó a dar volantazos entre las obras maestras ('Del Revés', 'Coco'), las secuelas por encargo ('Los increíbles 2', 'Cars 3'), las películas flojas ('Onward', 'Lightyear', 'El viaje de Arlo') y todo el rango que hay en medio. ¿Sigue siendo un icono cultural? Sí. Sin embargo, parece que ahora tuviera miedo de expresarse con naturalidad, y películas como 'Elio' quedan impostadas, faltas de vida y tristemente vacías.

La torre de Pixar

Vaya por delante que 'Elio' no me ha parecido una mala película en absoluto. Es, como también lo son los mayores resbalones de Pixar, divertida y simpática, pero poco memorable. Sirve para pasar el rato, pero a una película original de un estudio como este le pedimos mucho, muchísimo más... porque sabemos que son capaces de dárnoslo. Sin embargo, la cinta dirigida por Madeline Sharafian y Domee Shi (que cogieron al vuelo el proyecto, originalmente de Adrian Molina) es una mezcolanza de temáticas que ya les han funcionado anteriormente, pero con la magia bajo mínimos.

El resultado, como casi toda obra que un director ha dejado a medias y otros, con sensibilidades distintas, han recuperado, se nota como un Frankenstein que en ocasiones se eleva de manera esplendorosa y otras no consigue encajar en el puzzle. Por ejemplo, la relación de amistad entre Elio y Glordon funciona a las mil maravillas como metáfora de despertar al mundo, vencer la inherente tristeza de ambos protagonistas y darse cuenta del valor propio. Sin embargo, cada uno de los momentos emotivos entre ellos (o con cualquier otro personaje) se nota impostado, casi autoparódico en su búsqueda incesante de una lágrima traicionera.

Lo que en 'Up' o 'Toy Story 3' funcionaba de manera natural, aquí es un garabato más sensiblero que realmente sensible y que no termina de encajar bien en lo que debería ser, simplemente, una buena película de aventuras espaciales sobre la búsqueda interior de una identidad perdida. Normalmente, las cintas de Pixar no tienen problema en su incesante mezcla de géneros (comedia, drama, aventura, incluso slice of life o musical), pero 'Elio' no consigue dar con la clave ni con el ritmo correcto para ejecutar la mezcla perfecta, quedándose a medio gas entre algunas escenas fantásticas y otras que no parecen acoplarse bien a la trama de ninguna de las maneras.

Más espacial que especial

No ayuda que la mayoría de secundarios, fabulosamente diseñados, se encuentren desaprovechados por completo, reducidos a un simple running gag que, entre escenas, puede llegar a diluirse. Sus acciones, que funcionan a golpe de guion sin un desarrollo previo que les de sentido, son solo una pieza más en el fallido intento de Pixar, que, por una vez, se siente como si estuvieran tratando de copiar su propio estilo sin llegar a atinar del todo: ni la aventura es tan emocionante, ni los personajes llegan a conquistarnos, ni el humor o la emotividad acaban de dar en el clavo. Pero no por atreverse a hacer algo distinto, sino precisamente por quedarse encallados en una fórmula y no tener la valentía de ir más allá.

Si 'Elio' hubiera apostado todo a abrazar la ciencia-ficción e incluso el cine de terror (con el que juega en los momentos más memorables de la cinta), dejando de lado la "fórmula Pixar", y se hubiera dado el gusto de descubrir el tipo de película que realmente quiere ser, estaríamos hablando de una película notable. Porque el fondo está ahí, y los conceptos de sci-fi puros que utiliza, desde clones hasta invasiones galácticas, resultan fascinantes y muy acertados. Sin embargo, parece como obligarse a sí misma a estar atada a una forma en apariencia adulta pero mucho más infantil y torpe de lo habitual. Sí, habla de temas serios, pero lo hace como simple trámite para aquello que realmente quiere contar: aventuras con extraterrestres y naves espaciales.

Elio

No es que Elio, su tía Olga o Glordon estén mal desarrollados -ni mucho menos, incluso la peor película de Pixar es mejor que la mayoría de estrenos-, pero desde el inicio parecen haber tirado los dados para decidir el trauma de turno. Quizá sea porque las directoras se vieron forzadas a heredar el proyecto, pero la tristeza de los protagonistas rara vez se siente natural: cuando la película se desentiende de esas cadenas es cuando realmente es capaz de brillar, expandir conceptos, realizar gags visuales brillantes y dejarnos intuir el tipo de obra que podría haber sido.

Como fan a ultranza de Pixar y de la ciencia-ficción me gustaría estar escribiendo otra cosa, ahondando en la dicotomía de Elio (representada por su propio clon), en la unión de dos personajes rotos, en las referencias cinematográficas con los que la película perla su metraje, desde 'E.T' hasta 'La cosa' o 'Terminator 2', pero la realidad es que hay que ponerle muchas ganas para entrar en esta historia de amistad, familia, lagrimones, naves espaciales y radioaficionados.

Repito: no es mala en absoluto, su animación es funcional (aunque, a estas alturas, cabe plantearse si Pixar debe ya abandonar el estilo CalArts de una vez por todas) y ofrece una hora y media constantemente entretenida, pero es imposible no esperar algo más. Y 'Elio', tristemente, no es capaz de juntarlo y hacerlo comestible. No ofende, pero tampoco impresiona ni se quedará contigo a vivir como sí pasa con otras obras del estudio (la última, la fabulosa 'En la victoria o en la derrota').

Sin embargo, me alegro mucho de su existencia y de que Pixar plante cara demostrando que aún se pueden hacer obras originales en pleno colapso de secuelas y reboots. Ahora solo falta que se atreva a salir de su propio ensimismamiento y permita que las películas vuelvan a tener identidad propia en lugar de vivir atemorizada por su propio legado. 'Elio' se estrena en salas de cine el próximo 9 de julio.

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