La mejor telenovela del año no la encontrarás en televisión, sino en la prensa amarilla. Más concretamente, en cada nuevo avance del juicio entre Blake Lively y Justin Baldoni por un supuesto acoso sexual y un ambiente de trabajo hostil durante el rodaje de 'Romper el círculo', el exitazo de 2024 del que, ya os lo aseguro, no habrá secuela. A lo largo de los últimos cinco meses, los dimes y diretes, la inclusión de Taylor Swift y Ryan Reynolds en el juicio y vídeos filtrados del rodaje le han dado aún más salsa a una historia que, ya de por sí, es carne de documental de Netflix dentro de unos años. Y ahora, ha dado un giro inesperado.
Romper el juicio
A mediados de mayo, el abogado de Lively envió una carta al juez indicando que estaba buscando documentos y grabaciones de testigos sobre Wayfarer, la empresa de Baldoni, que la implicaran en el caso, añadiendo que estaba "reteniendo dichos documentos y grabaciones" (lo que, ya veréis, no deja de ser irónico). Lo siguiente que supimos es que el director abandonó su intención de meter a Taylor Swift en la causa procesal como testigo, y tan solo un par de semanas después ha llegado la bomba: tal y como informa Variety, Lively ha retirado su denuncia por "angustia emocional". Por ahora, al menos.
Cabe recordar que en la demanda original, Lively le acusaba, entre muchas otras cosas -incluyendo delitos de acoso sexual- de "grave angustia emocional y dolor, humillación, vergüenza, menosprecio, frustración y problemas mentales", pero ahora la actriz está intentando quitar esa parte de la demanda. No es tan fácil de explicar como parece: esto es consecuencia de que los abogados de Baldoni estén intentando que ella firme la liberación de su historial médico para tener acceso a las notas de la terapia y otra información relevante.
Sin embargo, la actriz solo quiere quitarlo si no hay prejuicio. O sea, pide no mostrar la información y los documentos (necesarios para ver si ha sufrido realmente problemas emocionales derivados del rodaje) y, al mismo tiempo, mantener el derecho para volver a acusarle de lo mismo después de que haya pasado el periodo de recabar pruebas. A priori parece claro y estarás pensando "Vaya morro tiene", pero hay un giro más: para los abogados de Lively, esto es solo "un truco para la prensa".
El círculo que vuelve
Esra Hudson y Mike Gottlieb, abogados de la actriz, han afirmado que simplemente están enfocando su caso: "La estrategia de Baldoni-Wayfarer de presentar demandas por represalias los ha expuesto a nuevas y extensas reclamaciones por daños y perjuicios bajo la ley de California, lo que hace que algunas de las reclamaciones originales de la Sra. Lively ya no sean necesarias. La Sra. Lively continúa alegando angustia emocional como parte de numerosas otras reclamaciones en su demanda, como acoso sexual y represalias, y cuantiosas indemnizaciones adicionales por todas sus reclamaciones". Por resumir: aunque quite la angustia emocional de la lista de reclamaciones originales, todo sigue igual.

Aún nos queda mucho por saber, porque es el juzgado el que decidirá si Lively debe entregar la información relativa a su salud mental, o, en su lugar, puede quitar las dos acusaciones (con o sin prejuicio). Lo normal en este tipo de juicios suele ser lo primero, pero, francamente, este no es un caso normal. Según Gottlieb y Hudson, los abogados de Baldoni están intentando mentir al público. Por su parte, estos afirman que "La señora Lively no puede tener las dos partes al mismo tiempo. Si quiere retirar sus frívolas acusaciones, debe hacerlo con prejuicio para asegurarnos de que no volverá a utilizarlas. Si se niega a que así sea, entonces continuaremos defendiéndonos de ellas, y ella debe darnos su información médica y documentos como está estipulado".
Al alegar que ha sufrido lesiones físicas y emocionales, la Sra. Lively ha puesto en tela de juicio su estado físico y mental y, por tanto, debe presentar la información y los documentos pertinentes, incluidos los historiales psiquiátricos. En otras palabras, la Sra. Lively ha renunciado a cualquier privilegio médico-paciente.
De momento estamos muy lejos de saber el final de este rifirrafe made in Hollywood, y, en lugar de aclararse, el camino cada vez se está emborronando más. Aún no ha empezado, y ya está siendo uno de los juicios mediáticos más increíbles de la década. Hay éxitos que, definitivamente, no salen a cuenta.
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